jueves, 3 de febrero de 2011

La tienda: otra historia

En el anterior post  conocisteis la tienda por fuera: ahora os voy a mostrar la realidad por dentro.


Sobretodo, para mis fans que quieren venir a visitarme a la tienda.


El mensaje es breve: daros prisa si quereis verme aquí porque voy a cerrar la tienda.


No voy a echar la culpa a nadie de ello porque tendría que empezar por mi mismo.


Después de unas conversaciones telefónicas mantenidas con el dueño de la finca, me deja traspasarla.


Y sí, eso es lo que quiero porque no me gustaría que esta tienda cayese en el olvido ya que tiene una clientela fija de muchos lustros. Sólo hace falta sangre nueva y mucho trabajo,  ideas e ilusión para sacarla adelante. Yo ya no estoy por la labor.

Antes del verano, seguro que ya no estoy e incluso bastante antes: todo depende de varios factores ajenos a mi control.

No tengo otro trabajo a la vista ni lo busco por ahora. Tampoco voy a pasar a engrosar las listas del paro, ya que como buen autónomo que lleva más de diez años cotizando en ese régimen no tengo derecho a indemnización alguna. Así que paso totalmente de este sistema podrido y mentiroso.

Con 24 horas libres para ir donde me apetezca, únicamente tendré la obligación de mi familia y de l@s que quieran estar conmigo y ese es uno de los puntos vitales que me llevan a tomar esta decisión.

No se os ocurra apenaros por mi, ya que muchos quisieran estar en mi situación. Voy camino de una liberación: de estar seis días encerrado entre cuatro paredes y tubos fluorescentes a ganar una mayor calidad de vida. De momento, ya sólo abro por las mañanas.

Aunque no lo creáis, estoy ilusionado y alegre por esta decisión madurada, firme e irrevocable. Que yo cierre la tienda tampoco quiere decir que cierre el blog: son cosas bien distintas.

No toméis esto como un fundido en negro: al revés, es un fundido en blanco.