jueves, 30 de octubre de 2008

Agujero negro III

He tardado dos semanas en llegar a...


Perdón, a un lugar muy remoto...


...del cuál no debo especificar la situación exacta.


Ojalá tuviera teletransportadores como otras, según vayan al hemisferio sur...


...o al hemisferio norte.


Pero parece que el teletransportar es sólo cosa de caballeros...


De todas formas, en todos los medios de transporte que utilizé intentaron impedirme llegar.


Sabía que una empresa tan poderosa como el CERN mandaría agentes para detenerme...


Y que al no conseguirlo, idearían otros sistemas.


Tuve que utilizar varias opciones...


...y aunque el servicio fuera rápido y peculiar...


...no debía dejarme llevar por las distracciones...


...ya que el viaje me traería más vicisitudes. También porque elegí la compañia de vuelo más barata para no levantar sospechas, claro está.


Pero al fin he llegado. Ya estoy en la entrada de la gruta de las pitonisas...


...que, por cierto, me recuerda a Carlota, que se pasa casi todo el día durmiendo, pero bueno, para eso es la Reina y puede hacer lo que le salga de...


Ahora sí, a ver en que me pueden ayudar las pitonisas para salvaros.

¿Adónde te crees que vas?
Aquí no puedes pasar.

NOTA DEL AUTOR: Por cierto, he notado que a much@s os interesa saber dónde se encuentra el restaurante "El quinto coño". Si pincháis aquí tenéis hasta el mapa ;)

sábado, 25 de octubre de 2008

Agujero negro IV


"Déjale pasar, rallado. Le conozco".


"Disculpa, soy nuevo aquí. Imagino que ya te sabrás el camino".
"Sí, y no es precisamente un camino de baldosas de oro".


Entraba sin miedo porque ya había estado antes ahí y porque era yo quién quería respuestas. Aún así era una sensación inquietante ir adentrándose en ese lugar a cada paso que se daba.


De todas formas, era un calor agradable y envolvente que te iba guiando.


"Juan Rafael, ya has llegado. Te estaba esperando".
"Habéis cambiado un poquito la decoración por aquí".


"Son tiempos díficiles y hay que adaptarse. La situación está al rojo vivo".
"Por eso he venido. Tengo que salvar a toda la Humanidad".
"Sé a que has venido, pero lo creo innecesario"
"¿Cómo dices?"


"Creéme, Juan Rafael. Llevo miles de años sobre la faz de la Tierra y sé que no se merecen nada. Sólo hacen que pelearse entre ellos en cualquier lugar".


"Eso no es del todo cierto. Y además ¿qué pasaría con vosotras?"
"Somos inmortales. Solamente envejeceriamos un poco"
"Ya me imagino, ya".


"Y bien ¿qué debo de hacer para impedirlo?"
"Veo que sigues empeñado ¡allá tú! pero necesitarás a nuestro enlace contigo".
"Ni hablar. Si quisiera a alguién llamaría a Lara o a Loola, que siempre se están ofreciendo"

Ni son ellas ni se parecen

"No digas tonterias, Juan Rafael. No sólo se trata de que tengan aspiradoras o escobas para volar"
"¿Te refieres a microchips de última generación?"


"Y a muchas cosas más como formación táctica"


"Vine sólo e iré sólo".
"¡Qué cabezota eres! De acuerdo.¡Enlace, ya te puedes ir!"

"¡Jooo! Ahora que ya estaba lista para todo"

"Debes de ser precavido. El futuro está en tus manos. Ya que no has querido ayuda física, te informaremos telepáticamente. Vé directo a Ginebra y actúa"


"Que teatrera eres, de verdad".

jueves, 16 de octubre de 2008

Agujero negro V

GINEBRA, SUIZA
VIERNES, 10:00 DE LA MAÑANA.

Si, no hay duda, estoy en Ginebra.


Hay pruebas evidentes.


Entro al único lugar abierto: una licorería, claro está.
"Señorita, perdone..."


¡Vaya, está ocupada!.  A ver otra...
"Señorita, perdone, ¿me podría decir...?"


"Mi no entendegg"
Probaré otra vez.
"Señoritas, disculpen..."


"Ze nos ha pegado la lendua. No podemoz..."


"¡Hola, majete! ¿Buscas algo en particular? Quédate un rato conmigo y te lo enseño. Ven, que te invito"
"No, gracias, casi que salgo a la calle y pregunto"
"Oiga, señor, podría indicarme hacia dónde está el CERN"


"Espera un poquito ¡hips! Está ginebra si que sube"
"Déjelo, en el autobús me indicarán"


"ZZZZZ  ZZZZZ"

Pues si que están buenos en esta ciudad.
"Chssssst chssssst, Juan Rafael"


"Sube, yo te llevo hasta allí. Me envían las pitonisas"
Los cabrones del CERN están en plena naturaleza. Si no llegaban a fastidiarlo todo, al menos, para hacer algo de mal.


"Ya hemos llegado. Vé con cuidado. Confiamos en ti"
Nada más bajar, miré a la derecha...


...miré a la izquierda.


Todo despejado. No habían agentes camuflados del CERN. Ahora sólo era cuestión de ir hacia delante y a lo hecho, pecho.
Me sentía como un auténtico aventurero ante algo importante...


...animado y eufórico por cumplir una sublime tarea: la de salvar...


"¡Quieto ahí, bacalao!. Juré que al próximo del CERN que viera merodeando por mis tierras lo reventaba de un tiro".

lunes, 13 de octubre de 2008

Agujero negro VI: el final.


"¡Coño! Que está disparando".


"¡Hey! Que ese loco casi me da, que esto no es jugando".


"Cago en todo lo que se menea. ¡Cabrones!"


"Sus váis a enterar".

En aquel momento, toda mi vida pasó delante de mi en un minuto:

Mis primeros amigos.

Mis primeros descubrimientos.

Recuerdos de adolescencia.

Los consejos de mi madre: por ejemplo, cuando me decía que no llenase tanto la bañera que se salía el agua.

Mis primeras fantasías.

Mi primera detención.

Mi primera novia.

Mi primer hijo.

Mi primer trabajo.

Mi programa preferido de televisión.

Mi primera moto.

La voz de las pitonisas me distrajo.
"Espabila, Juan Rafael, no te detengas. Una colaboradora nuestra te ha seguido y lo entretendrá..."


...con tecnología innovadora. Le hará callar, te lo aseguro".


"Sí, voy"
"Una cosa: el CERN lo tienes ahí delante: cuando entres ya no podremos hacer nada por ti. Ni siquiera te podremos ver debido a las emanaciones del núcleo".
"No os preocupéis. Eso es cosa mía".
Crucé el umbral entre lo conocido y lo desconocido y fuí a cumplir mi cometido.


Es cierto que de ahí en adelante, no puedo enseñaros nada excepto lo que filmaron las propías cámaras del CERN. En este enlace, pinchando aquí,  podréis verme dentro y lo que conseguí en un minuto.