Carta de verano

Querido Juan Rafael:

Siempre he querido escribirte pero lo iba dejando para más adelante, y ahora que me das la oportunidad, lo hago encantada.

A punto estuvimos de quedarnos sin vacaciones, ya que mi marido está muy preocupado por la situación actual y él es de los que prefieren ahorrar antes que invertir, aunque sea en nosotros mismos, pero al conocerlo como si le hubiera parido elegí el momento y tuve una conversación con él.

"Antonio, ¿qué te parece si nos vamos de vacaciones? Los niños llevan un par de años deseando ir a Eurodisney y ahora hacen buenas ofertas."

"Quita, quita, ¿qué no ves cómo está todo, mujer? Con este Gobierno..."

"Pero, Antonio, ¡que tonterias dices! Si estos de izquierdas son más derechistas que los de derechas. Fíjate, suben impuestos, abaratan el despido..."

"Parece que no comprendas nada. Mi empleo pende de un hilo."

"Que no, Antonio, que saldremos adelante como siempre lo hemos hecho, que somos una familia muy unida.
Vosotros, los currantes de a pie del PP, tendríais que estar contentos con estos socialistas. A fin de cuentas, están haciendo todo lo que vosotros siempre habéis querido hacer. Los únicos que están enfadados son los de arriba, que no tienen el poder y no pueden trapichear a su antojo y os contagian su enfado."

"¿Ah, sí? ¿Y qué me dices de las bodas entre hombres, eh?"

"Alucino contigo, Antonio. ¿Has visto alguna vez en tu vida a un hombre que quiera casarse voluntariamente? Ahora tienen al lado al pesado de turno diciendo todo el rato "Si no te casas conmigo es que no me quieres" y después que si el gasto de la boda, que si luego te separas, que si el perro para quién, vamos ¡un infierno! lo han hecho para fastidiarles, que te lo digo yo."

"¡Ostras, mujer! Casi que tienes razón."

"Pues claro, Antonio. Si el que está enfadado es porque quiere."

"De acuerdo, Rosa. ¿Y sabes lo que te digo? Que en vez de a Eurodisney nos vamos a ir a Disneyworld, cruzando el charco."

"¡Olé, mi Antonio, con dos cojones! Ya verás que alegría le vas a dar a los niños. Y además, le enviaré fotos de nuestro viaje a Juan Rafael."

"¿Ya estamos otra vez con el Juan Rafael ese p'arriba y p'abajo?"

"Pero, Antonio, no te enfades, que ni siquiera lo conozco en persona."

Ni que decir tiene que pasamos dos semanas sensacionales. Yo creo que incluso a los chiquillos les brillaba más la piel de la ilusión. Claro que, ya tengo otra vez a Antonio que no pasa el día en que no esté llorando por lo que se gastó, pero bueno, es su manera de amortizarlo. Te envio una foto nuestra de cuerpo entero, para que veas cuánto han crecido los niños y que guapos y maravillos están."

Besos, Rosa.